13.11.06

<< Selección de poemas: Segunda parte >>

Te amo, pero adiós


Era todo hermoso
mientras eso duró,
pero cinco meses después
el amor se terminó.

Me echaste, amor,
aún amándome
y por esas palabras
largas noches lloré.

Ya no volverás
con el “Poeta Enamorado”,
y le pedí a Dios
que me lleve a su lado.

No tiene sentido
continuar con vida,
si mi más bella musa
causó mi atroz herida.

Adiós mi amor,
todo te agradezco:
besos, caricias, y lo
que diste y no merezco.


Todo o nada


Tus labios, los únicos
que mis versos merecen
porque muy sinceras
mis letras les parecen.

Mis poemas leyeron
y les han gustado;
a mí me gusta su dueña
que me ha enamorado.

Sentarme a tu lado
a Dios había pedido;
ahora soy muy felíz
si mi sueño he cumplido.

Si te volviera a cruzar
mil poemas te daría
porque te había prometido
que yo los escribiría.

Pero no voy a llegar
y no porque no escriba más;
tengo mucha mala suerte
y no te veré jamás.


Dieciocho de abril


Ibas caminando
y nos cruzamos.
Bajaste la mirada
y en silencio quedamos.

Tus pasos sonaban
tan a mi lado,
que hiciste renacer
al “Poeta Enamorado”.

Quise hablarte
pero no me animé,
y al seguir de largo
mi corazón lastimé.

Te extraño mucho
y me pongo a llorar
con la posibilidad de que
me vayas a olvidar.

Yo nunca lo haré
ni tampoco a tus besos
por los que todas
las noches rezo.


Tres


Loado sea Dios
si otra vez te crucé
y con mis poemas
tu cariño me gané.

Uno a uno mis versos
tuviste que leer,
y que te sigo amando
pudiste comprender.

Juntos tomamos algo
y quise decirte una cosa:
“estoy enamorado de
la niña más hermosa”.

Así es la maldita vida
de los poetas todos:
entregamos el corazón
y terminamos en el lodo.

Negativa fue tu respuesta
y me rompiste el alma.
Tal vez con un beso
pueda recobrar la calma.


Veinte de julio


Fue una tarde gris
como todas sin vos,
pues la distancia
golpea mi corazón.

Hubiese querido
poder verte hoy,
pero por mi culpa
lejos de ti estoy.

Quise abrazarte
como antes lo hacía
y susurrarte al oído
mi tierna poesía.

Besar tus labios
que eran mi perdición
para que entiendas
toda mi pasión.

Beber el perfume
de tu cuello rosado
y agradecer todo
lo que me has dado.

Pero hoy no pude
hacer nada de eso
por eso te mando
un poema y un beso.


Hablador maldito


El timbre de tu voz
me recuerda esa época
en la que tomábamos
de la misma copa.

Cuando dices que
soy tan cariñoso,
aumenta mi amor por
tu corazón bondadoso.

Cuando me repites:
“Fran, que dulce sos”,
es obvio que mis versos
serán sólo para vos.

Pero me apena saber
que sufres en demasía,
y para alegrarte, amiga,
aquí está mi poesía.

Un simple verso de amor
que llegue a emocionarte
y cuando estés triste
yo poder ayudarte.

Cuando desees hablarme
mira el firmamento:
quizá la mejor forma
de comunicar tu pensamiento.

No puedo verte mal
si tu dolor es el mío,
pues te deseo lo mejor
aunque no sea conmigo.

Y si me necesitas
contigo estaré,
y si tú lloras tus
lágrimas besaré.
Hablar por la hache


Hola, mi amor, te extraño
y no quiero ocultar mi dolor
si anoche fue imposible
poder bailar con vos.

Hoy de mí te olvidaste
pero no podré hacer lo mismo
si agarrado a tu cintura
me sumergí en un abismo.

Horrendo final, amor,
para esta historia sombría;
algún día lloraré por ti
pues nunca serás mía.

Hace escasos siete meses
tu hermosura conocí,
y por ella mis poemas
y lágrimas esparcí.

Horas atrás creí vivir
un sueño fascinante
si nuestro pasado común
fuiste tú quien mencionaste.

Pero ahora eres una nube
llevada por el viento del Este;
ése que dicen que trae
“lluvias como peste”.


Comunidad celta


Cerca de ti estoy
o quizá no tanto,
pero creer eso
calma mi llanto.

Tardes muy grises
paso con mi canto.
Entiendes que te amo,
pero ¿sabes cuánto?

Más de lo que tú
puedes imaginar
si en mis historias
tienes tu lugar.

Mi pluma me dijo que
terminarías a mi lado
si es verdad que estoy
de ti enamorado.

Amo tus gestos,
ése primer abrazo
pero ahogo mis penas
en un simple vaso.

Burbujas de alcohol
me hacen compañía
si el de San Patricio
también es tu día.

Con bebidas blancas
mis heridas curaré,
pero ni ebrio, amor,
de ti me olvidaré.


Búsqueda


Al pie del cañón como
Turena en la batalla,
afino mi lira inquieta
que jamás se calla.

Aquí te conocí
una noche de agosto,
fría como las lágrimas
que recorren mi rostro.

Pero hoy no lloro
porque no estás aquí,
sino por lo que me
hiciste aquél abril.

Nos encontramos una tarde
con besos por doquier;
me encantaría repetirlo
pero no quieres volver.

Fueron desencuentros
y sucesos funestos;
como quiero que regreses
te doy los versos éstos.

Aquí te conocí, amor.
Creo que era de noche
aunque reemplacé al Sol
con tus besos en derroche.


Esa mujer


La mujer que yo quiero
Serrat también la quería.
Él le hizo una canción
y aquí va la mía.

No es tan bonita,
me dijo mi prima,
pero es muy sincera
y mi hada madrina.

La mujer que yo quiero
está muy lejana,
pero por mi mente
pasa cada mañana.

La mujer que yo quiero
no está conmigo
aunque me conformo
con ser su amigo.

La mujer que yo quiero
es mi musa favorita,
pero por favor
no se lo repitas.
Pero por favor
nunca lo repitas.


Podría, pero no


La Luna llena
sobre el firmamento
podría afirmar
que no te miento.

Te podría contar
que sin tí puedo vivir,
aunque prefiero no
tener que mentir.

Podría asegurar
que te olvidé,
pero es falso
y nunca lo haré.

Podría gritarle
a los cuatro vientos:
“yo jamás la amé”,
pero sabrán que miento.

Podría jurar
y volver a jurar
que nunca más
te voy a llorar.

Pero el nombre de Dios
no se usa en vano;
podría jurar
pero no lo hago.

Podría hacer tanto
pero sólo te amo,
y mi dulce corazón
está entre tus manos.


Otra vez


Otra vez esa palabra
tuviste que pronunciar:
con ese maldito “NO”
me volviste a matar.

Hoy está lloviendo si
hasta Dios está triste;
con todo lo que te amo
de vuelta tú me heriste.

Vine hasta aquí
sólo para verte,
para a tus oídos
mis poemas leerte.

Me pides que no
lo haga más difícil aún.
No molesto más pues
me espera mi ataúd.

Cien poemas de amor
y ni un beso:
por una oportunidad
todas las noches rezo.

Sabes que te amo
y sé que soy feo,
pero probar tus labios
es mi último deseo.

Ya lo dijo mi primo Tito:
“el mundo se va a acabar,
si un día me has de querer
te debes apresurar”.


Recordatorio


Quizá te sentaste tú
ayer en esta mesa,
y tu recuerdo aún
sigue en mi cabeza.

Hoy no estás aquí,
en este lugar vacío
y hace meses no te veo,
musa del verso mío.

Mi bella vasca,
¿dónde te encontraré?,
¿en qué lejano sitio
tu rastro hallaré?

Belleza universitaria,
dueña de mi poesía,
mi prosa, mi corazón
y hasta del alma mía.

En este lugar
a ti te conocí,
sí, ente hermoso lugar
por primera vez te ví.

Pero ahora no estás
y me tengo que despedir,
aunque una oportunidad
siempre te voy a pedir.


No te cambiaré


Otra mujer quiere
ocupar tu lugar,
pero todavía no
lo puede lograr.

Aún espero que
desees volver,
que con esta mujer
no sé que hacer.

Sus besos lo ayudan
a mi dolorido ego
a resucitar y
cantarte luego.

Pero no alcanzan
para que te olvide
si mi loco verso
por tí se desvive.

No quiero despedirte
por más lejos que estés;
es que con tu indecisión
loco me pones.

“Ella o ninguna”,
dijo mi corazón
y por eso a ti
dedico esta canción.

Serás mi mayor musa
hasta la eternidad,
pues contigo quiero
matar mi soledad.

Pero no volverás
por más que implore,
y así mi corazón
quizá mañana llore.


Mi amiga y sus besos


Hoy no tuve la suerte
de tu voz escuchar,
por eso estos versos
no te pienso dedicar.

Eres mi amiga pero
nunca nos podemos ver;
te extraño y tengo miedo
de que te llegue a perder.

Tus besos los olvidé
y desconfío si existieron,
pero no puedo negar
que felíz me pusieron.

Estaba muy dolido
cuando te conocí
y para sanarme
un beso te pedí.

Fue peor el remedio
que la enfermedad:
tus caricias me privaron
de mi añorada libertad.

Pero ahora que sólo
soy tu buen amigo
es cuando más yo
te necesito conmigo.

Y siempre trataré
de que vuelvas a mi lado
si completamente de ti
yo estoy enamorado.





Tú, mi recuerdo


Yo y mi gran memoria
hoy te cantamos
este simple poema
pues te adoramos.

Nunca se sabe cuándo
soplarán vientos de poesía,
pero te canto a diario
aunque nunca serás mía.

No recuerdo cómo
fue que te conocí
pero seguro que nunca
me olvidaré de ti.

Amor mío, te extraño.
Me haces sufrir.
Cada día lejos de ti
no puedo dormir.

Tu voz, un vago recuerdo
que habita en mi mente
me hace perder y
buscarte entre la gente.

Cientos de lugares
tuve que recorrer
pero en ninguno pude
volverte a ver.

Me despido pues
no quiero llorar;
y siempre tú
me vas a inspirar.


Voy


Dentro mío hay
un ser fantasmal:
mi corazón que es
muy sentimental.

Voy caminando por calles
que llevan a ningún lugar.
Voy hablando con almas
que no pueden contestar.

Voy mirando sin ver,
viendo sin mirar;
ya sé que estoy loco
pero te tuve que amar.

Quizá fue un error
o una fatalidad
pero sigo viviendo
en esta horrible ciudad.

La única solución
es marcharme de aquí;
sólo de esta forma yo
podría olvidarme de ti.

Pequeño amor sin fin
nacido un febrero,
recuerda que aquí
a ti te espero.

Si quieres venir
sabes dónde estoy
y si quieres irte
atrás tuyo voy.


Amor por y para siempre


Mi amor lejano
¿cuándo volverás?,
si con tu regreso
mi alma aliviarás.

Angustia y pesar
caben en mi corazón,
pero igual me gustaría
cantarte esta canción.

Inmerso en mi soledad
no sé en qué pensar,
si sólo escribiendo
mi tiempo puedo ocupar.

Altas horas de la noche,
el reloj sigue rodando
y yo por ti amor
triste sigo llorando.

Frialdad me falta
para poderte esperar
si nada más que a ti
yo podría amar.


Hola y chau


Siempre haces lo mismo:
me saludad y me esquivas.
No aguanto más, y
me sangran las heridas.

¡Qué infantil eres!
No lo puedo creer,
pensé que con tu edad
ya eras una mujer.

Pensé que eras madura
pero me equivoqué;
creíste que por un poema
siempre te amaré.

Aunque eres hermosa
y muy encantadora,
apenas eres mi
Musa inspiradora.

Perdón, pero es así, y
no te sientas mal.
Para ti mis versos
nunca más serán.


Aún


Te sigo extrañando.
Te busco en cada lado
que mi senda recorre
cuando estoy inspirado.

Todavía te amo
y no lo puedo ocultar;
eres tú el ángel
que siempre me va a guiar.

Tu recuerdo me atormenta
y siempre estoy en invierno;
vuelve que mi vida
es un verdadero Infierno.

¿Con quién estarás?
¿A quién besarás?
¿Por qué hombre
tú suspiraras?

Recuerdo tu belleza,
tu cabellera enrulada
y recuerdo que sos
mi Musa adorada.

En esta tarde gris
te extraño todavía
si sólo tú formas
mi gran melancolía.

¿Qué será de ti?
Mi verso y mi llanto
te traen hacia mí
y por eso te canto.


Contestador


Hola amor, ¿cómo estás?
Espero que no como yo estoy,
pues desde que te fuiste
no puedo vivir el “hoy”.

Otro poema te dedico
pero sé que es en vano,
porque lamentablemente
no tocaré tus manos.

Qué tristeza siento
desde nuestra separación,
si eso está torturando
mi humilde corazón.
Ya sé: no volverás
y te debo olvidar,
pero te amo tanto que
no lo pienso intentar.

Y por más que quiera
no lo podré lograr
porque siempre mi pluma
de ti se va a acordar.

Ahora me despido
y ya estás avisada:
“Todo enamorado es
el poeta de su amada”.


Saberes


Volverte a cantar
es una bendición,
y estos próximos versos
los dicta mi corazón.

Esta historia comenzó
un enero en Pinamar
y ahí me di cuenta
que a ti debía amar.

Tantas horas juntos
que siempre recordaré,
como también tu adiós
que nunca asimilaré.

¿Dónde estás amor?
¿Cuándo vas a volver?
Son cosas que nunca
me podré responder.

Sabes que te espero
como Penélope a Ulises.
Sabes que deseo que
vivamos juntos y felices.

Sabes que te extraño
como un poeta lo puede hacer.
Sabes que en sueños
a ti te puedo ver.
Sabes que te necesito
como al aire que respiro;
sabes que te amo y
una oportunidad te pido.


Quintetos


En un barrio porteño
al oeste de Belgrano
y al sur de Saavedra,
vive la mujer de este sueño
que me conquistó en verano.

Me enamoré de un imposible
para mi forma de cantar,
pero hoy hago saber
que sería muy horrible
si no la logro cautivar.

No quiero decir su nombre
ni que me ha conquistado,
pero quiero contarle
que soy el primer hombre
que poemas le ha cantado.

Su cuerpo tan divino
y suavemente contorneado
es mi Musa en este día
en que ahogo con un vino
mi corazón lastimado.

Sus labios de rubí son,
para mí, dulce fruta fresca
en los que se quedaría a vivir
mi humilde corazón si
con sus besos se refresca.

Aquí este poema termina
y voy guardando inspiración,
porque si un día de éstos
a mi lado ella camina
le regalaré otra canción.




Otro 6 de mayo


Hola amor lejano:
me alegra desearte
un feliz cumpleaños
y mi verso regalarte.

Aunque eres una niña
sos una Musa ideal,
la que tiñe mis poemas
de su rasgo primaveral.

Hermoso este amor
que me nació un verano,
aunque para verte
deberé ser un mago.

Quizá cuando regreses
puedas cambiar mi vida
si sólo fuiste tú
quién causó mis heridas

Pero no te echo la culpa
si tú no lo sabías;
ahora estás enterada
e igual no serás mía.

Mi prima ya me dijo,
también un amigo,
que debo olvidarte
si no volverás conmigo.

Tal vez es imposible
poderte olvidar
siendo tú quien siempre
a mí me va a inspirar.


Ella, simplemente ella


La dulce tarde de enero
en la que te conocí
bastó para darme cuenta
que eres la más bella que ví.

Unas pocas palabras
que tu boca pronunció
fueron las causantes
de que este amor nació.

Juro hoy que te amo
como al aire que respiro,
y tenerte aquí a mi lado
es lo único que pido.

Ahora me pongo a pensar
que quizá ya no te vea
y rogar por cruzarnos
es lo único que me queda.

Nunca dejaré de amarte
y aunque no puedas creer
como yo te estoy amando
nadie lo podrá hacer.


Nuestro mal
(17 de marzo)


Hace cien años en España
“soñar es mi mal” dijo Darío,
y como el de todos los poetas
también es el mío.

“Soñé que el fuego helaba,
que la nieve ardía
y para soñar imposibles
soñé que me querías”.

Puedo soñar despierto
en esta tarde de marzo
pues es tu cumpleaños
y quiero darte un abrazo.

Pero un sordo ruido
me hace reaccionar
y como no estoy contigo
me pongo a llorar.

Igual esta noche con
San Patricio en un bar,
veré si de algún modo
a ti te puedo encontrar.
Pero los milagros no existen,
mi Loreley hermosa,
y ahora en la distancia
sólo te pido una cosa.

Quiero que seas felíz
así te sigo cantando,
pues mis tiernos versos
hoy te estoy regalando.
Franco Zamora

0 Opiniones No Creativas:

Publicar un comentario

<< De Vuelta A Casa