<< Selección de poemas: primera parte >>
Oración de los trovadores
Musa nuestra que
estás en las mentes,
glorificado sea tu cuerpo.
Venga a nosotros tu imagen
para darnos inspiración
tanto en el día como en la noche.
Danos hoy
nuestro tema de cada día.
Perdona nuestras rimas
como así también
nosotros perdonamos
a los que se te arriman.
No nos dejes caer
en los alejandrinos.
Líbranos de la métrica.
Te amamos.
Yo
Soy un simple y
modesto portalira,
que a cambio de besos
regalo mi melodía.
Soy una persona
con sentimientos,
y desde que te ví
vives en mis pensamientos.
Soy un humilde y
sencillo trovador
que tiene las costumbres
del rimador.
Soy un poeta normal:
canto, río, lloro,
y prefiero tus besos
antes que todo el oro.
Soy el que te ama
como nadie lo ha hecho;
el que te obsequia versos
del fondo de su pecho.
Increíble
Pocas cuadras nos separan
pero tú no lo sabes
y es como que un puñal
en mi espalda claves.
Hoy estamos cerca
y desearía verte
para mis tiernos poemas
poder leerte.
Trescientos escasos metros
que están endemoniados,
si por más que quiera tenerte
seguimos distanciados.
Me pregunto por qué
es tan difícil encontrarte;
yo quiero mis versos
en persona mostrarte.
Sólo quiero ser tu amigo
sin importar el pasado
pues aquella historia
ya la he olvidado.
Y creo que tú también,
o por lo menos eso espero,
aunque no deseo que
olvides que te quiero.
Selene
Hoy me vuelvo a inspirar
cuando pienso en vos,
y digo que te amo
como a la luz del Sol.
Ya sabes que como tú
nunca habrá ninguna
y que para conquistarte
te bajaría la Luna.
Cuando te conocí
sentí algo especial
y, para mí, enamorarte
será lo primordial.
Yo te amo más a ti
que cualquiera en este mundo,
y lo dejaría todo
por tenerte aquí un segundo.
Pero es imposible
por nuestra situación
pero igual siempre tú
seguirás siendo mi inspiración.
Tríptico de amor, esperanza y dolor
Amor
Música de fondo se escuchaba
cuando vi su cuerpo bailando;
hermosa fue la primera impresión
que su sensual figura estaba mostrando.
Era una fría noche de
agosto y la conocí a ella,
me acerqué a su cintura de fuego
para estar con la más bella.
La primera palabra que pronunció
fue la que llamó mi atención:
acepto bailar conmigo
y escuchó a mi corazón.
Increíble lo que sucedió después:
sentir su respiración en mi rostro
y poder decir que me enamoré
esa fría noche de agosto.
Ahora me despido, y espero
que mi poesía no te caiga mal,
y que cuando nos veamos
aparezca nuestro felíz final.
Esperanza
Muchos días después
de la historia que ya conté,
la vi de nuevo a ella
y varios besos le robé.
En su ciudad natal
esa tarde nos encontramos
y como dos fieles amantes
correctamente nos portamos.
Los peatones fueron testigos
de tanto cariño demostrado
y todos nos dimos cuenta
que ella me había conquistado.
Inspirado por su belleza
hoy me dedico a cantar
para ver si un día de éstos
al fin la puedo enamorar.
Suficientes cariños recibí
hasta que al colectivo subió,
y con un hermoso “escribíme”
de mi corazón se despidió.
Así transcurrió el capítulo
que habla del reencuentro
con la persona que desde agosto
vive en mis pensamientos.
Dolor
Maldita la tercer parte
de esta trilogía:
ella hoy me dijo
que ya no me quería.
Esta fría noche
conmigo no quiso estar
y los besos de su boca
ya no puedo tomar.
La Ciudad Felíz
fue de esto testigo fiel:
vaya paradoja, de sus labios
esta noche probé la hiel.
Injusta fue la forma
en que ella quiso terminar
sin pensar que a mi corazón
lo llegaría lastimar.
Sufriendo ahora estoy
porque sin mí se marchó,
pero debo pasar al papel
que mi alma destruyó.
Angustia estoy sintiendo
porque mi ánimo se cayó;
estoy tranquilo: no encontrará
nadie que la ame como yo.
Amor de calendario
Ni en qué recoveco te ví,
ni con qué ojos te miré,
ni que santo te inventé entre manos
nada de eso todavía sé.
Sólo sé que te amo
por comprender mis temores
y saber que deseo que
de mí tú te enamores.
Pretendía un Mundo.
Al conocerte el Cielo sumé,
lástima que con poemas
jamás te conquisté.
“Quienes no sabemos porqué
amamos verdaderamente”.
Varias veces esa frase
he escuchado últimamente.
No hay nada tan emocionante
como lágrimas de mujer,
aunque prefiero que un día
por mí te dejes querer.
Lejos
¡Qué tristeza siento
sin tu compañía!
Sólo eres tú
mi dulce alegría.
Un necio inservible
te ha lastimado,
y de espinas
tu alma ha llenado.
No te sientas mal
princesa mía,
si como consuelo
tienes mi poesía.
“Un clavo saca otro”
dice la voz popular.
Vente conmigo y
yo te sabré cuidar.
Sólo soy tu amigo
pero igual te amo,
y cada verso mío
de rosas, será un ramo.
Aquí a la distancia
ya te extraño tanto
que para cubrir tu ausencia
mi copla te canto.
Ahora tristemente
de ti me despido
y porque leas mi trova
yo a Dios le pido.
Mentira
Yo capaz te perdono.
Mi poesía nunca lo hará.
Le duele no tenerte
y siempre llorará.
Yo capaz te olvide.
Mi poesía no podrá.
Te portaste muy mal
y te fuiste sin saludar.
Jugaste con mi corazón
dejando reglas de lado;
no sé si estoy loco
o quizá enamorado.
Creíste que un beso
me iba a alcanzar,
pero lo que te amo
no puedes imaginar.
Pensaste que tu
juego ibas a hacer,
pero no calculaste
si me podía doler.
Tus huecas palabras
como un eco resuenan,
y hacia aquellos días
mortalmente me llevan.
A nadie le he dicho
que conmigo has jugado,
porque ninguna podría
mis penas haber curado.
Felíz, obvio
Felíz día
amiga mía,
y gracias por entender
mi tierna poesía.
Me pone contento
ser hoy tu amigo,
y sabes que puedes
contar siempre conmigo.
Aunque somos amigos
buscaré la oportunidad
de sanarte las heridas
que causa la soledad.
Eres tan dulce
y tan hermosa
que por besarte
haría cualquier cosa.
No soy como otros
que te besan y se van;
mi amor es sincero
y hasta la eternidad.
No quiero que sufras
por quién no te merece;
lee mi humilde verso y
dime que te parece.
Yo te sabré cuidar
preciosa mujer,
pues tú en soledad
no debes crecer.
Lluvia y llanto
Miles de gotas caen
en esta tarde cerrada,
y se mezclan con el llanto
de mi alma apenada.
Es que estás tan lejos
como un globo en las alturas
y no me pude sostener
de tu diminuta cintura.
Lo poco que bailamos
fue más que suficiente
para enamorarme de ti
y vivir como un demente.
Inquieto paso mis días
por no poder besarte,
si con sólo rozar tus labios
al Sol podría igualarte.
Si no sé que quiero más:
a mi madre que me dio la vida
o a ti que le diste, amor,
un sentido a cada día.
Ahora me queda esperar
que tú quieras volver
pues contigo mi paz
tal vez puedas traer.
Recuerdo
Recuerdo ese día
en el que te conocí;
tocaste mi hombro y
la vuelta yo me dí.
Eras tú y ése
gesto tan risueño
del cuál desearía
poder ser el dueño.
Corría enero, como
lo voy a olvidar
si esos días comencé
mis versos a recitar.
Unas pocas palabras
que salieron de tu boca
fueron las que ablandaron
mi corazón de roca.
Era tu voz tan
dulce ese verano
que mi poesía, divina,
quedó entre tus manos.
Recité muchas veces
mis simples versos
que creíste buenos pero
no se ganaron tus besos.
Dos veranos más
pude encontrarte:
cartas, trovas e historias
tuve que regalarte.
Olvidaste algo
cuando te fuiste:
mi corazón nunca
más me lo devolviste.
Cien
Quisiese hablar de ella:
la niña que me enamoró,
pero sólo diré el nombre
del barrio en que nació.
No es de La Paternal
ni lo es de Haedo,
no la vio nacer Bernal
ni tampoco Boedo.
No es de Almagro ni de
Balvanera o Agronomía,
y ayer le pregunté a Dios
de que barrio sería.
No creció en el Once
ni tampoco en Caballito,
aunque ella para mí
sea lo más bonito.
No es de Recoleta
ni de Puerto Madero;
y no encontrará nunca
un corazón tan sincero.
Liniers, Mataderos y Parque Chas
no tendrán princesa así,
tampoco Coghlan o Saavedra
y mucho menos San Martín.
Núñez, Villa Crespo
ni tampoco Belgrano
tendrán reina tal que
conquiste en el verano.
No creció en San Isidro
ni lo hizo en Villa Luro;
quizá mañana pueda decirle
mi “enamorada del muro”.
Flores y Floresta jamás
admiraron su hermosura,
tampoco el viejo San Telmo
se jacta de su preciosura.
No fue en el Abasto
donde su infancia pasó
ni fue en el bello Retiro
donde su primer beso dio.
Pero no debo seguir
los cien barrios enumerando
para que sepa que de ella
yo me estoy enamorando.
Y si tuviese tiempo
le dedicaría una misa
a la diosa que nació en
la amable Villa Urquiza.
Musa del verso mío
En esta tarde gris
estoy como inspirado
y desplumo las emociones
de mi corazón enamorado.
Hoy mis canciones
son sólo para ti,
una hermosa muchacha
que hace años conocí
Y cuando te ví
tal vez me enamoré
pero te afirmo que
nunca te olvidaré.
Bailar contigo,
bella sensación,
que por repetirla
regalaría mi canción.
Aunque no sé
cómo explicarte
que haría cualquier cosa
para enamorarte.
Martes 13
Esperando el lunes
para poder verte
mi corazón desea
alguna vez tenerte.
Cuando me saludas
me haces suspirar
y mi alma te ha
empezado a amar.
Tienes el don
de alegrar mis días,
y por eso quiero yo
regalarte mis poesías.
Cómo no quererte
si eres cariñosa,
sincera y me das
tu amistad hermosa.
No te enojes si
te digo hoy esto:
“TE AMO” y mi verso
se encargará del resto.
No quiero despedirme
sin haber firmado:
Besos. Fran, tu
nuevo enamorado.
Belleza sudamericana
Me dices “te quiero mucho”
y me pongo colorado,
pues yo de ti, hermosa,
estoy muy enamorado.
Amiga y consejera,
dueña de mis escritos,
quisiera ser el rey
de tus ojos bonitos.
Realmente te amo
y no te miento
si desde ese enero
ocupas mi pensamiento.
Idiota estoy amor
desde aquella velada
si dejaste mi alma tan
completamente ilusionada.
Ahora estás lejos
aunque tal vez no tanto
si capaz que este invierno
a tus oídos canto.
Las horas sin ti
son demasiado largas,
crueles, despiadadas
y también amargas.
Un clavel y un verso
hoy te quiero regalar,
y si aceptas mi corazón
también te lo voy a dar.
Junio ya terminó
y sigo sin verte;
ya son cinco meses
sin conmigo tenerte.
Aún tengo ganas
de volver a empezar,
y espero que tú
me quieras ayudar.
Ni loco te olvidaré
aunque no estés aquí
pero pido que nunca
te olvides de mí.
Fríos recuerdos
Fugaces recuerdos tuyos
atormentan mi alma
si fuiste tú quien
mataste mi alma.
Yo era un niño común
hasta que bailé a tu lado
y tu boca me volvió
el “Poeta Enamorado”.
Beber de tus besos
fue algo fabuloso
que poder repetirlo
sería milagros.
Pues tengo mis derechos,
así como obligaciones,
y para poder besarte
te regalo mis canciones.
Que estoy loco dirás,
que nunca serás mía
pero así alimentas
mi tierna poesía.
Es verdad, estoy loco
si crees, corazón,
que amar imposibles
es perder la razón.
Dime loco, demente
o como creas justo
pero antes de morir
dame un último gusto.
Un simple beso
es lo que te pido
y así felíz de
aquí me despido.
Triste noviembre
Me gustaría poder verte
en esta tarde calurosa
para susurrarte al oído
que eres una mujer hermosa.
Es que me parece
que estoy enamorado,
pero no sé si soy felíz
teniéndote lejos o a mi lado.
Lastimaste mi corazón
cuando quisiste alejarte
pero no tuviste en cuenta
que jamás podré olvidarte.
Igual yo te agradezco
por haber sido inspiración
tanto para cada poesía
como para cada oración.
Suerte te deseo
para tu próxima vida;
por favor no olvides
que tú eres mi preferida.
Ahora me despido
sin decir adiós,
porque quiero verte
y eres lo que pido a Dios.
Me gusta
Una cosa me gusta más
que escribir poesías:
recordar la belleza
que dejaste en mis días.
Me gusta dedicarte
mis poemas de amor,
aunque en Bariloche
iniciaste mi dolor.
Me gusta componer
en la noche oscura
donde recuerdo que
te amo con locura.
Me gusta afinar
mi tierna lira
para calmar mi alma
aún llena de ira.
Me gusta soñar
que vas a volver.
así mi corazón
llegue a renacer.
Más me gustas tú,
musa de mi invierno,
que transformaste mi vida
en un maldito Infierno.
Mi confidencia
Daría todo por probar
tus tan cálidos besos,
por eso en esta tarde
te compongo estos versos.
¿Qué más quisiera yo
que tus labios rosados?
si desde que te ví
estoy como embrujado.
Hace pocos días
tu hermosura conocí,
y mis más puros versos
en secreto le prometí.
Esta tarde si Dios quiere
tus caricias me ganaré,
y entre versos y regalos
tu alma conquistaré.
Por eso amada mía
te pido una sola cosa:
que me dejes al fin
probar tu boca rosa.
Imaginación y lira
Camino al horizonte
buscando la verdad,
y poder contigo
romper mi soledad.
Horas largas caminando
junto a mi libertad
por lugares que prometí
no volver a pasar.
Imagino estar contigo
bajo la sombra de un sauce,
pero recuerdo que hiciste
algo que no se hace.
Podrías haber escuchado
mi sincera explicación.
pero nunca seguiste
lo que dijo tu corazón.
Ya estás muy lejos,
lejos de mi vida
pues no quisiste
ser ni mi amiga.
Añoro tus besos,
tus caricias sin medida,
pero más te añoro a ti
mi musa más querida.
Santa poesía
A la futura Doctora
hoy le voy a cantar,
porque todo su amor
yo me quiero ganar.
Un dieciocho de junio
a esta bella conocí,
y esa misma noche
el Juicio yo perdí.
Con sus dulces besos
correctamente se portó
pero mi pobre corazón
ella igual rompió.
Pero yo no me quejo
y le quiero agradecer
pues de su tierna boca
regalos pude tener.
Ahora me despido
y elevo una oración
a la hermosa Santa
que me da inspiración.
Señorita Jueza
Perdí el juicio.
Si amar es pecado,
soy culpable si
estoy enamorado.
Ya sé mi condena:
no verte más;
prefiero perpetua
pero perderte jamás.
En esta noche gris
me mata la agonía
y por eso te canto,
santa musa mía.
Aquí estoy triste
con la lira en la mano
para hacerle un verso
a tu músculo sano.
Tu corazón de piedra
nunca lo entenderá,
pero este poeta
siempre lo esperará.
Tú no eras así,
dulce amada mía,
pero quisiste lastimar
mi verso de cada día.
Si quieres aún
puedes volver:
no te guardo rencor
y no te quiero perder.
Más brujerías
Yo también hice brujerías
para poderla olvidar,
pero es una misión
imposible de lograr.
Visité una bruja
que hechizó su foto
pero mi corazón
aún esta roto.
Hace un año ya
que no puedo verla
pero es muy difícil
dejar de quererla.
A cada minuto
me acuerdo de ella
que en mi vida
fue la más bella.
Yo no soy poeta
pero quiero decirle
que mi verso nunca
podría mentirle.
Sólo soy un trovador
romántico y elegante,
que también tiene
algo de delirante.
Mi poesía existe
porque la sigo queriendo
y sólo por eso
yo sigo componiendo.
Viajes
Cada segundo que pasa
me acerca hacia ti
y recuerdo los días
que contigo viví.
Estás tan lejos
que no sé que hacer
para en tu vida
volver a aparecer.
Hace un año exacto
que te conocí,
y con tus tiernos besos
yo fui muy felíz.
No sé que inventar
para de una buena vez
reintentar contigo
lo de aquél frío mes.
Espero que vuelvas
a alegrar mis noches;
no tengas miedo que
no hago reproches.
Si deseas regresar
hazlo enseguida
pues eres la mujer
que ilumina mi vida.
Mi arte
Hoy vuelvo a tu ciudad
y me gustaría encontrarte
para con tiernas palabras
los oídos endulzarte.
Anoche le pedí a Dios
por volver a cruzarte
para poder esta vez
mis poemas entregarte.
También le prometí
nunca dejar de amarte,
y en nuestro reencuentro
con mi cariño halagarte.
Si ahora yo te cruzo
seré capaz de conquistarte;
con mis palabras y escritos
por fin podré enamorarte.
Pero me voy despidiendo
pues no quiero molestarte,
y en esta tarde pido
con mis besos refrescarte.
Musa nuestra que
estás en las mentes,
glorificado sea tu cuerpo.
Venga a nosotros tu imagen
para darnos inspiración
tanto en el día como en la noche.
Danos hoy
nuestro tema de cada día.
Perdona nuestras rimas
como así también
nosotros perdonamos
a los que se te arriman.
No nos dejes caer
en los alejandrinos.
Líbranos de la métrica.
Te amamos.
Yo
Soy un simple y
modesto portalira,
que a cambio de besos
regalo mi melodía.
Soy una persona
con sentimientos,
y desde que te ví
vives en mis pensamientos.
Soy un humilde y
sencillo trovador
que tiene las costumbres
del rimador.
Soy un poeta normal:
canto, río, lloro,
y prefiero tus besos
antes que todo el oro.
Soy el que te ama
como nadie lo ha hecho;
el que te obsequia versos
del fondo de su pecho.
Increíble
Pocas cuadras nos separan
pero tú no lo sabes
y es como que un puñal
en mi espalda claves.
Hoy estamos cerca
y desearía verte
para mis tiernos poemas
poder leerte.
Trescientos escasos metros
que están endemoniados,
si por más que quiera tenerte
seguimos distanciados.
Me pregunto por qué
es tan difícil encontrarte;
yo quiero mis versos
en persona mostrarte.
Sólo quiero ser tu amigo
sin importar el pasado
pues aquella historia
ya la he olvidado.
Y creo que tú también,
o por lo menos eso espero,
aunque no deseo que
olvides que te quiero.
Selene
Hoy me vuelvo a inspirar
cuando pienso en vos,
y digo que te amo
como a la luz del Sol.
Ya sabes que como tú
nunca habrá ninguna
y que para conquistarte
te bajaría la Luna.
Cuando te conocí
sentí algo especial
y, para mí, enamorarte
será lo primordial.
Yo te amo más a ti
que cualquiera en este mundo,
y lo dejaría todo
por tenerte aquí un segundo.
Pero es imposible
por nuestra situación
pero igual siempre tú
seguirás siendo mi inspiración.
Tríptico de amor, esperanza y dolor
Amor
Música de fondo se escuchaba
cuando vi su cuerpo bailando;
hermosa fue la primera impresión
que su sensual figura estaba mostrando.
Era una fría noche de
agosto y la conocí a ella,
me acerqué a su cintura de fuego
para estar con la más bella.
La primera palabra que pronunció
fue la que llamó mi atención:
acepto bailar conmigo
y escuchó a mi corazón.
Increíble lo que sucedió después:
sentir su respiración en mi rostro
y poder decir que me enamoré
esa fría noche de agosto.
Ahora me despido, y espero
que mi poesía no te caiga mal,
y que cuando nos veamos
aparezca nuestro felíz final.
Esperanza
Muchos días después
de la historia que ya conté,
la vi de nuevo a ella
y varios besos le robé.
En su ciudad natal
esa tarde nos encontramos
y como dos fieles amantes
correctamente nos portamos.
Los peatones fueron testigos
de tanto cariño demostrado
y todos nos dimos cuenta
que ella me había conquistado.
Inspirado por su belleza
hoy me dedico a cantar
para ver si un día de éstos
al fin la puedo enamorar.
Suficientes cariños recibí
hasta que al colectivo subió,
y con un hermoso “escribíme”
de mi corazón se despidió.
Así transcurrió el capítulo
que habla del reencuentro
con la persona que desde agosto
vive en mis pensamientos.
Dolor
Maldita la tercer parte
de esta trilogía:
ella hoy me dijo
que ya no me quería.
Esta fría noche
conmigo no quiso estar
y los besos de su boca
ya no puedo tomar.
La Ciudad Felíz
fue de esto testigo fiel:
vaya paradoja, de sus labios
esta noche probé la hiel.
Injusta fue la forma
en que ella quiso terminar
sin pensar que a mi corazón
lo llegaría lastimar.
Sufriendo ahora estoy
porque sin mí se marchó,
pero debo pasar al papel
que mi alma destruyó.
Angustia estoy sintiendo
porque mi ánimo se cayó;
estoy tranquilo: no encontrará
nadie que la ame como yo.
Amor de calendario
Ni en qué recoveco te ví,
ni con qué ojos te miré,
ni que santo te inventé entre manos
nada de eso todavía sé.
Sólo sé que te amo
por comprender mis temores
y saber que deseo que
de mí tú te enamores.
Pretendía un Mundo.
Al conocerte el Cielo sumé,
lástima que con poemas
jamás te conquisté.
“Quienes no sabemos porqué
amamos verdaderamente”.
Varias veces esa frase
he escuchado últimamente.
No hay nada tan emocionante
como lágrimas de mujer,
aunque prefiero que un día
por mí te dejes querer.
Lejos
¡Qué tristeza siento
sin tu compañía!
Sólo eres tú
mi dulce alegría.
Un necio inservible
te ha lastimado,
y de espinas
tu alma ha llenado.
No te sientas mal
princesa mía,
si como consuelo
tienes mi poesía.
“Un clavo saca otro”
dice la voz popular.
Vente conmigo y
yo te sabré cuidar.
Sólo soy tu amigo
pero igual te amo,
y cada verso mío
de rosas, será un ramo.
Aquí a la distancia
ya te extraño tanto
que para cubrir tu ausencia
mi copla te canto.
Ahora tristemente
de ti me despido
y porque leas mi trova
yo a Dios le pido.
Mentira
Yo capaz te perdono.
Mi poesía nunca lo hará.
Le duele no tenerte
y siempre llorará.
Yo capaz te olvide.
Mi poesía no podrá.
Te portaste muy mal
y te fuiste sin saludar.
Jugaste con mi corazón
dejando reglas de lado;
no sé si estoy loco
o quizá enamorado.
Creíste que un beso
me iba a alcanzar,
pero lo que te amo
no puedes imaginar.
Pensaste que tu
juego ibas a hacer,
pero no calculaste
si me podía doler.
Tus huecas palabras
como un eco resuenan,
y hacia aquellos días
mortalmente me llevan.
A nadie le he dicho
que conmigo has jugado,
porque ninguna podría
mis penas haber curado.
Felíz, obvio
Felíz día
amiga mía,
y gracias por entender
mi tierna poesía.
Me pone contento
ser hoy tu amigo,
y sabes que puedes
contar siempre conmigo.
Aunque somos amigos
buscaré la oportunidad
de sanarte las heridas
que causa la soledad.
Eres tan dulce
y tan hermosa
que por besarte
haría cualquier cosa.
No soy como otros
que te besan y se van;
mi amor es sincero
y hasta la eternidad.
No quiero que sufras
por quién no te merece;
lee mi humilde verso y
dime que te parece.
Yo te sabré cuidar
preciosa mujer,
pues tú en soledad
no debes crecer.
Lluvia y llanto
Miles de gotas caen
en esta tarde cerrada,
y se mezclan con el llanto
de mi alma apenada.
Es que estás tan lejos
como un globo en las alturas
y no me pude sostener
de tu diminuta cintura.
Lo poco que bailamos
fue más que suficiente
para enamorarme de ti
y vivir como un demente.
Inquieto paso mis días
por no poder besarte,
si con sólo rozar tus labios
al Sol podría igualarte.
Si no sé que quiero más:
a mi madre que me dio la vida
o a ti que le diste, amor,
un sentido a cada día.
Ahora me queda esperar
que tú quieras volver
pues contigo mi paz
tal vez puedas traer.
Recuerdo
Recuerdo ese día
en el que te conocí;
tocaste mi hombro y
la vuelta yo me dí.
Eras tú y ése
gesto tan risueño
del cuál desearía
poder ser el dueño.
Corría enero, como
lo voy a olvidar
si esos días comencé
mis versos a recitar.
Unas pocas palabras
que salieron de tu boca
fueron las que ablandaron
mi corazón de roca.
Era tu voz tan
dulce ese verano
que mi poesía, divina,
quedó entre tus manos.
Recité muchas veces
mis simples versos
que creíste buenos pero
no se ganaron tus besos.
Dos veranos más
pude encontrarte:
cartas, trovas e historias
tuve que regalarte.
Olvidaste algo
cuando te fuiste:
mi corazón nunca
más me lo devolviste.
Cien
Quisiese hablar de ella:
la niña que me enamoró,
pero sólo diré el nombre
del barrio en que nació.
No es de La Paternal
ni lo es de Haedo,
no la vio nacer Bernal
ni tampoco Boedo.
No es de Almagro ni de
Balvanera o Agronomía,
y ayer le pregunté a Dios
de que barrio sería.
No creció en el Once
ni tampoco en Caballito,
aunque ella para mí
sea lo más bonito.
No es de Recoleta
ni de Puerto Madero;
y no encontrará nunca
un corazón tan sincero.
Liniers, Mataderos y Parque Chas
no tendrán princesa así,
tampoco Coghlan o Saavedra
y mucho menos San Martín.
Núñez, Villa Crespo
ni tampoco Belgrano
tendrán reina tal que
conquiste en el verano.
No creció en San Isidro
ni lo hizo en Villa Luro;
quizá mañana pueda decirle
mi “enamorada del muro”.
Flores y Floresta jamás
admiraron su hermosura,
tampoco el viejo San Telmo
se jacta de su preciosura.
No fue en el Abasto
donde su infancia pasó
ni fue en el bello Retiro
donde su primer beso dio.
Pero no debo seguir
los cien barrios enumerando
para que sepa que de ella
yo me estoy enamorando.
Y si tuviese tiempo
le dedicaría una misa
a la diosa que nació en
la amable Villa Urquiza.
Musa del verso mío
En esta tarde gris
estoy como inspirado
y desplumo las emociones
de mi corazón enamorado.
Hoy mis canciones
son sólo para ti,
una hermosa muchacha
que hace años conocí
Y cuando te ví
tal vez me enamoré
pero te afirmo que
nunca te olvidaré.
Bailar contigo,
bella sensación,
que por repetirla
regalaría mi canción.
Aunque no sé
cómo explicarte
que haría cualquier cosa
para enamorarte.
Martes 13
Esperando el lunes
para poder verte
mi corazón desea
alguna vez tenerte.
Cuando me saludas
me haces suspirar
y mi alma te ha
empezado a amar.
Tienes el don
de alegrar mis días,
y por eso quiero yo
regalarte mis poesías.
Cómo no quererte
si eres cariñosa,
sincera y me das
tu amistad hermosa.
No te enojes si
te digo hoy esto:
“TE AMO” y mi verso
se encargará del resto.
No quiero despedirme
sin haber firmado:
Besos. Fran, tu
nuevo enamorado.
Belleza sudamericana
Me dices “te quiero mucho”
y me pongo colorado,
pues yo de ti, hermosa,
estoy muy enamorado.
Amiga y consejera,
dueña de mis escritos,
quisiera ser el rey
de tus ojos bonitos.
Realmente te amo
y no te miento
si desde ese enero
ocupas mi pensamiento.
Idiota estoy amor
desde aquella velada
si dejaste mi alma tan
completamente ilusionada.
Ahora estás lejos
aunque tal vez no tanto
si capaz que este invierno
a tus oídos canto.
Las horas sin ti
son demasiado largas,
crueles, despiadadas
y también amargas.
Un clavel y un verso
hoy te quiero regalar,
y si aceptas mi corazón
también te lo voy a dar.
Junio ya terminó
y sigo sin verte;
ya son cinco meses
sin conmigo tenerte.
Aún tengo ganas
de volver a empezar,
y espero que tú
me quieras ayudar.
Ni loco te olvidaré
aunque no estés aquí
pero pido que nunca
te olvides de mí.
Fríos recuerdos
Fugaces recuerdos tuyos
atormentan mi alma
si fuiste tú quien
mataste mi alma.
Yo era un niño común
hasta que bailé a tu lado
y tu boca me volvió
el “Poeta Enamorado”.
Beber de tus besos
fue algo fabuloso
que poder repetirlo
sería milagros.
Pues tengo mis derechos,
así como obligaciones,
y para poder besarte
te regalo mis canciones.
Que estoy loco dirás,
que nunca serás mía
pero así alimentas
mi tierna poesía.
Es verdad, estoy loco
si crees, corazón,
que amar imposibles
es perder la razón.
Dime loco, demente
o como creas justo
pero antes de morir
dame un último gusto.
Un simple beso
es lo que te pido
y así felíz de
aquí me despido.
Triste noviembre
Me gustaría poder verte
en esta tarde calurosa
para susurrarte al oído
que eres una mujer hermosa.
Es que me parece
que estoy enamorado,
pero no sé si soy felíz
teniéndote lejos o a mi lado.
Lastimaste mi corazón
cuando quisiste alejarte
pero no tuviste en cuenta
que jamás podré olvidarte.
Igual yo te agradezco
por haber sido inspiración
tanto para cada poesía
como para cada oración.
Suerte te deseo
para tu próxima vida;
por favor no olvides
que tú eres mi preferida.
Ahora me despido
sin decir adiós,
porque quiero verte
y eres lo que pido a Dios.
Me gusta
Una cosa me gusta más
que escribir poesías:
recordar la belleza
que dejaste en mis días.
Me gusta dedicarte
mis poemas de amor,
aunque en Bariloche
iniciaste mi dolor.
Me gusta componer
en la noche oscura
donde recuerdo que
te amo con locura.
Me gusta afinar
mi tierna lira
para calmar mi alma
aún llena de ira.
Me gusta soñar
que vas a volver.
así mi corazón
llegue a renacer.
Más me gustas tú,
musa de mi invierno,
que transformaste mi vida
en un maldito Infierno.
Mi confidencia
Daría todo por probar
tus tan cálidos besos,
por eso en esta tarde
te compongo estos versos.
¿Qué más quisiera yo
que tus labios rosados?
si desde que te ví
estoy como embrujado.
Hace pocos días
tu hermosura conocí,
y mis más puros versos
en secreto le prometí.
Esta tarde si Dios quiere
tus caricias me ganaré,
y entre versos y regalos
tu alma conquistaré.
Por eso amada mía
te pido una sola cosa:
que me dejes al fin
probar tu boca rosa.
Imaginación y lira
Camino al horizonte
buscando la verdad,
y poder contigo
romper mi soledad.
Horas largas caminando
junto a mi libertad
por lugares que prometí
no volver a pasar.
Imagino estar contigo
bajo la sombra de un sauce,
pero recuerdo que hiciste
algo que no se hace.
Podrías haber escuchado
mi sincera explicación.
pero nunca seguiste
lo que dijo tu corazón.
Ya estás muy lejos,
lejos de mi vida
pues no quisiste
ser ni mi amiga.
Añoro tus besos,
tus caricias sin medida,
pero más te añoro a ti
mi musa más querida.
Santa poesía
A la futura Doctora
hoy le voy a cantar,
porque todo su amor
yo me quiero ganar.
Un dieciocho de junio
a esta bella conocí,
y esa misma noche
el Juicio yo perdí.
Con sus dulces besos
correctamente se portó
pero mi pobre corazón
ella igual rompió.
Pero yo no me quejo
y le quiero agradecer
pues de su tierna boca
regalos pude tener.
Ahora me despido
y elevo una oración
a la hermosa Santa
que me da inspiración.
Señorita Jueza
Perdí el juicio.
Si amar es pecado,
soy culpable si
estoy enamorado.
Ya sé mi condena:
no verte más;
prefiero perpetua
pero perderte jamás.
En esta noche gris
me mata la agonía
y por eso te canto,
santa musa mía.
Aquí estoy triste
con la lira en la mano
para hacerle un verso
a tu músculo sano.
Tu corazón de piedra
nunca lo entenderá,
pero este poeta
siempre lo esperará.
Tú no eras así,
dulce amada mía,
pero quisiste lastimar
mi verso de cada día.
Si quieres aún
puedes volver:
no te guardo rencor
y no te quiero perder.
Más brujerías
Yo también hice brujerías
para poderla olvidar,
pero es una misión
imposible de lograr.
Visité una bruja
que hechizó su foto
pero mi corazón
aún esta roto.
Hace un año ya
que no puedo verla
pero es muy difícil
dejar de quererla.
A cada minuto
me acuerdo de ella
que en mi vida
fue la más bella.
Yo no soy poeta
pero quiero decirle
que mi verso nunca
podría mentirle.
Sólo soy un trovador
romántico y elegante,
que también tiene
algo de delirante.
Mi poesía existe
porque la sigo queriendo
y sólo por eso
yo sigo componiendo.
Viajes
Cada segundo que pasa
me acerca hacia ti
y recuerdo los días
que contigo viví.
Estás tan lejos
que no sé que hacer
para en tu vida
volver a aparecer.
Hace un año exacto
que te conocí,
y con tus tiernos besos
yo fui muy felíz.
No sé que inventar
para de una buena vez
reintentar contigo
lo de aquél frío mes.
Espero que vuelvas
a alegrar mis noches;
no tengas miedo que
no hago reproches.
Si deseas regresar
hazlo enseguida
pues eres la mujer
que ilumina mi vida.
Mi arte
Hoy vuelvo a tu ciudad
y me gustaría encontrarte
para con tiernas palabras
los oídos endulzarte.
Anoche le pedí a Dios
por volver a cruzarte
para poder esta vez
mis poemas entregarte.
También le prometí
nunca dejar de amarte,
y en nuestro reencuentro
con mi cariño halagarte.
Si ahora yo te cruzo
seré capaz de conquistarte;
con mis palabras y escritos
por fin podré enamorarte.
Pero me voy despidiendo
pues no quiero molestarte,
y en esta tarde pido
con mis besos refrescarte.
Franco Zamora
0 Opiniones No Creativas:
Publicar un comentario
<< De Vuelta A Casa